Bolivia

25/1 El mundo salió a dar la vuelta: Villazón- Potosí
Íbamos camino a cruzar nuestra primera frontera, nos sentíamos bastante ansiosos pero el paisaje por su imponente belleza, no nos permitía avanzar rápidamente, sin darnos cuenta nos sorprendió la noche  y decidimos dormir  en un pueblito.
A la mañana temprano nos unimos a la ruta y llegamos a eso de las 10 de la mañana a la Quiaca, no había mucha gente, nos toco el numero 22 (“el loco”)  esperamos una, dos , tres horas y nos fuimos a comprar provisiones para el resto del viaje, un poco de arroz, fideos, y yerba mate. Cuando regresamos del mercado recibimos la primer bienvenida a Bolivia, los chicos de Kombi Aventura vieron a la Andariega y se acercaron a conversar.
Esa noche invitamos a cenar a David y Chacha a la  Andariega, tras una charla y arroz con verduras de por medio se inicio una amistad lindísima, y quedamos para el día siguiente ir en caravana, para Potosí.
Esta iba a ser la primera vez que compartíamos con otros viajeros una caravana. Salimos temprano, estaba nublado, nos esperaban muchas curvas y altura.
A la mañana salimos rumbo a Potosí, una ciudad tal como relata Galeano en Las Venas abiertas de América Latina, llena de autos, de gente, de movimiento, de iglesias coloniales, de calles chicas que empiezan y terminan ahicito nomas, y que hacen a uno perderse, sumado a la altura provocan que el humor se altere, ya que nadie da una dirección exacta, parece que todo está cerca, pero la verdad es que hay que caminar por empinadas calles angostas, abrirse camino entre los ómnibus y las cholitas para llegar al destino que uno se ha propuesto.
Nos advirtieron que el camino para Uyuni no estaba nada bueno por las lluvias y el salar estaba abnegado; dicen que se hacen ojos de agua y los autos se pierden dentro de ellos (se hunden), las expediciones solo llegan a la entrada, y la verdad es que la aventura está adentro, por lo que decidimos no ir  a Uyuni y seguir en caravana con los Kombi Aventura hasta Oruro al carnaval.

29/1 Nuevas Costumbres: Carnaval de Oruro
En Oruro paramos en la casa de la señora Lilian, una mujer bajita, muy tranquila, gran cocinera  que prepara ollas de comida, y que tiene el don de invitar extranjeros a su hogar, es así, turista que anda un poco perdido por Oruro, seguro para en su casa, ella nos conto que esta costumbre viene de familia, ya que su papa también era así como es ella, una gran persona.
La familia de Lilian es numerosa, y todos están encantados de que lleguen visitas a la casa, comparten todo lo que tienen: recetas familiares de comidas típicas boliviana, secretos de la familia, preocupaciones, sueños y alegrías.
En estos días vimos el ensayo de carnaval, bailamos con la Morenada que es uno de los grupos más importantes que participan del carnaval, visitamos dentro  de una mina al tío, que es una especie de diablo que está debajo de la tierra, al que le tienen mucho respeto, y todos los mineros veneran cuando van a trabajar, dejándole un cigarrito, coca, etc., también fuimos al mercado el cual esta atestado de diferentes clases de frutas, fuimos a ver una orquesta de músicos, y también un encuentro de bandas que es record güines son más de 5000 músicos tocado en vivo al mismo momento, visitamos también una estatua de la virgen que han hecho hace muy poco en la cima de un cerro, dicen que es más grande que el Cristo de Rio de Janeiro, y nos propusimos a provechar el movimiento de gente para producir pan relleno.
Vimos el carnaval el día sábado junto a toda la familia, algunos de sus integrantes bailan en diferentes comparsas y no nos los queríamos perder.
A la noche uno de las comparsas “La diablada de los Urus” fue para nosotros el mejor espectáculo. No sabíamos para donde mirar ante tanta belleza, eran fuegos artificiales en el cielo, trajes llenos de detalles increíbles con luces y atestados de lentejuelas, coreografía de más de mil bailarines, músicos impecables  y pruebas de baile con fuego, fue realmente maravilloso, nunca habíamos visto un espectáculo tan lindo.
 Lo más llamativo del carnaval es que para bailar hay que pagar, además se le hace una promesa a la Virgen del Socavón: los bailarines no van a beber en esos días, van a bailar todo el recorrido y cuando lleguen a la iglesia donde está la virgen van a recorrer la iglesia de rodillas, y van volver a participar del carnaval como mínimo por tres años más, hecha esta promesa a cambio cada bailarín le pide a la virgen un deseo, el cual dicen la virgen hace realidad.
Nos costó arrancar de nuevo, y despedirnos de la familia boliviana, pasamos unos días muy lindos conociendo de la cultura de Bolivia, parece las despedidas cada vez cuestan más.
Salimos con dirección a La Paz, después de tanto carnaval nos hacía falta un poco, pero La Paz no le hace honor a su nombre en lo mas mínimo, es un lugar súper poblado de gente, de autos, de negocios, de edificios, de casas, las calles son tan pero tan empinadas que muchas la kombi no las pudo subir; y como ahí y como en todo Bolivia se festeja el carnaval, las calles estaban aun mas llenas de gente que lo que suele ser normal, , llegamos ese domingo que hacia tanto frio que parecía que nos atravesaba los huesos, no paraba de llover y aun así todos se mojaban y nos mojaban la Andariega. Salimos disparados de La Paz, fuimos ahí con la intención de saber cómo estaba el camino para el parque Nacional Madidi, y nos dijeron que no estaban buenos, la lluvia había hecho de las suyas y para llegar necesitábamos un vehículo 4x4, así que tuvimos que dejar la selva boliviana, por el lago Titicaca. Nos fuimos de La Paz a Copacabana.
11/2 Con cuidado que los sueños acá se hacen realidad: Copacabana.

Queríamos un lugar tranquilo, y lo encontramos apenas cruzamos en bote con nuestra Kombi, nos abrazamos fuerte y empezamos disfrutar de un paisaje sin igual…
El agua, la brisa, el sol, y la gente era una combinación perfecta. Ahí nos encontramos con Ulises, Cris  y su hija Lluvia, ellos son unos ecuatorianos que conocimos en Oruro, en la casa de Lilian. Son unos amigos de viaje, que tienen una energía tan linda que se contagia, charlamos mucho, ellos hacen que nos den muchas ganas de conocer Ecuador y de viajar un poco con ellos también, aprender, conocer y avanzar….ellos justo salían a la tarde ya para Perú, nosotros quisimos quedarnos un poco por acá, a  la tarde antes de que se fueran nos invitaron a dar una vuelta en barco por el lago, una vista hermosa acompañados de gente linda de corazón, tenemos muchas cosas que compartir con ellos, así que nos encontraremos más arriba, seguramente en su lindo Ecuador.
Caminamos mucho, hicimos un poco de acro yoga, nos abrazamos en la puesta del sol, disfrutamos del ruido del aire, el agua, del sol y de estar juntos!
En el día juntamos leña de eucalipto y a la noche Mati hizo unas pizzas a la parrilla tan pero tan ricas que no las puedo describir. Estaba el lago que es tan lindo y grande que parece el mar, las olas que se rompen en la orilla, había viento, fuego con olor a eucalipto que nos recordó a la casa de la tía Delia, pizzas ricasas, cerveza fría, y una noche llena de estrellas… que más se puede pedir en la vida… a medida a que avanzamos nos damos cuenta de lo afortunado que somos, de cómo nos hace feliz saborear una rica cena, o un paisaje, o un abrazo, a medida que avanzamos aprendemos de otros viajeros, aprendemos de nosotros mismo y del otro, aprendemos que la felicidad esta en cada día, en cada actividad que uno elige y de eso se trata elegir, nosotros estamos tan felices por que elegimos vivir esta aventura y nos jugamos por ella, si todos se juegan por sus sueños estos se hacen realidad, la vida es un sueño solo hay que elegir vivirlo.
Bolivia, nos regalo un tiempo hermoso, pero Perú nos espera y nosotros a él!

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